
...Es alguien que instala unos barrotes alrededor de nuestro corazón y un lastre llamado "odio" que nos pesa cuando alguien a quien le tenemos estima, nos ha hecho daño, ha herido nuestro corazón, que ahora se encuentra enjaulado...¿Para cuanto tiempo?... No se sabe (¿o sí?), la llave "humildad" está muy cerca pero... Muy lejos para quien halla llamado al secuaz del carcelero: "Orgullo". Este singular personajillo coge nuestra llave, la llave que nos hace escuchar para librarnos de los barrotes y del peso odio, y la lanza lejos, muy lejos, demasiado lejos... y es muy difícil volver a recuperarla.
En esta carcel, oscura y solitaria, nadie te puede visitar porque eres tú mism@ la/el que permite dejar pasar, el/la que permite que "amistad" y "esperanza" te aconsejen desde los barrotes de tu jaula para como burlar al carcelero y a su secuaz, y así, poder recuperar la llave de la humildad, la que te permite destruir esos barrotes con un simple "Tengo que hablar contigo"... Con saber escuchar y comprender... Con Comprender y ponerse en el lugar del otro... Tan fácil, pero a la vez tan difícil ya que el grado de dificultad, lo ponemos nosotros mismos

¿Quién contrata al carcelero y a su secuaz? ¿Porqué permitimos que nos encierren nuestro corazón? ¿Tan difícil es usar "Humildad" para abrir nuestro corazón y decir un "lo siento" o "Te quiero"?... Cuando odiamos y con orgullo, no hablamos, y nuestro corazón sufre y es el que paga las consecuencias: Por eso nos duele nuestro interior a veces, porque el odio es la total ausencia de Amor, porque nos hemos enjaulado

Y si quieres cambiar el mundo, empieza por ti mismo, por tu corazón